Rubicera Enero 2018

Participantes: Toño Herreras, Esthela Sánchez, Nacho García, Sergio Estríngana, Rafa "el Molareño", Jesus Carnfran, Pepe Serrano (Viana) y Marta Gutiérrez.

Fecha: 26 de enero – 28 de enero

Para empezar un 2018 que promete bastante, decidimos organizar una salida a nuestra admirada Cantabria. Hace ya tiempo comenzábamos a hablar de la travesía Rubicera – Mortero y de que Esthela y yo teníamos que empezar a preparar alguna cosilla. Fue mi compañera la que decidió estrenarse organizando esta salida. Nos fue algo complicado formar grupo pues para una travesía medianamente larga no podíamos ser un grupo muy numeroso y además está el factor de contar con alguien que conociera el sistema de antemano. Finalmente se formó un grupo de 7 donde solo Toño había hecho la travesía y no aseguraba acordarse de mucho. Por ello nos planteamos solo ir a conocer Rubicera para analizarla a fondo y dejar la travesía para un futuro.


Fue entonces cuando nuestros planes cambiaron por un último componente que se nos unió de una manera bastante graciosa. Pepe, el presidente de la FCME, fue invitado este año a la comida de la Asamblea del Club. A pesar de ser una persona poco habladora acabamos contándole nuestros planes y cambios de última hora. Él nos contó que sí conocía Rubicera y como comentario le propuse unirse a nosotros, a lo que él contesto que tenía que pensarlo y que nos contestaría el martes como tarde. Creo recordar que solo transcurrió media hora cuando de repente dijo “contar conmigo de seguro, que me apetece, tengo pendiente también hacer Rubicera, y hacemos la travesía”. 

Así pues volvimos a nuestra idea inicial de hacer Rubicera-Mortero. Esthela, la organizadora, principalmente y también el resto, dedicaron mucho tiempo en estudiársela para ir preparados. Así que empezamos a prepararlo todo. La idea era ir algunos un día antes a ver si Mortero estaba instalado o instalarlo en caso contrario; el resto se nos unirían el viernes lo más pronto que pudieran para hacer la travesía el sábado. Pero para nuestra sorpresa nuestros planes se vieron chafados una vez más, ya que el tiempo decidió no acompañarnos. Estuvimos muy atentos de las predicciones y además decidimos ir a ver la cascada de Ason para hacernos una idea según el caudal. Ni siquiera conseguimos llegar a la cascada porque el granizo y el fuerte viento nos invitaban a volver al coche sin pensarlo. Os aseguro que nos calamos de arriba abajo en cuestión de segundos. Aun viendo que iba cargadita nos acercamos a Mortero cada vez con menos esperanzas de hacer la travesía. Nuevamente el tiempo no nos permitió llegar a nuestro objetivo. Pusimos rumbo a la casa rural, vimos una peli y esperamos a nuestros compañeros para desfrutar de la riquísima cena a cargo de Esthela y Nacho. También Nacho y yo aprovechamos para hacernos los cabos de una forma muy peculiar. 

Y entonces nuevo percance en nuestra aventura. Sabíamos que Pepe había salido antes y venia solo en su coche. No debía llegar más tarde de las 21:00. Cuando vimos que pasaba el tiempo y no aparecía nos empezamos a preocupar. Fuimos al pueblo a llamar puesto que en la casa no hay cobertura y cuando conseguimos contactar con él nos cuenta que se había dado un susto  con el coche al deslizar en el hielo. Por suerte se quedó en eso, un susto y sobre las 24:00 se unió a nosotros. También nos pusimos en contacto con los demás que venían juntos en un solo coche y habían tenido que salir más tarde por temas laborales. A punto estuvieron de quedarse atrapados teniendo que dormir en la furgoneta. Cambiando su ruta consiguieron llegar, eso sí, no antes de las 4 de la mañana. Pese a todo nos levantamos, no muy temprano, con muchas ganas de aventuras. 


El día amanecía muchísimo mejor así que preparamos todo, y nos pusimos manos a la obra. Ya equipados iniciamos una aproximación bastante dura. Íbamos en busca de la boca de la cueva un poco a la aventura, esperando que Toño recordara el camino. Siguiendo nuestra orientación abismera conseguimos llegar en alrededor de una hora y media. Para empezar bien teníamos una rampa embarrada que parecía un tobogán de lo que escurría. Dicha rampa daba acceso a una sala con caos de bloques leopardo, este nombre se debe a que la roca tiene unas manchas oscuras que le dan apariencia de piel de leopardo. Nos llamaron mucho la atención y nos pareció un nombre muy indicado. Andando llegamos a una sala impresionante de grandes dimensiones, característico de Cantabria, la Sala Rubicera. Seguido una rampa descendente nuevamente por un caos de bloques (culpables de nuestras posteriores agujetas) que da paso al famoso paso de la Licuadora. Se trata de una zona estrecha aunque no tanto como dicen en las descripciones. Contaba con un aporte de agua bastante llamativo debido a que no había parado de llover en todo el fin de semana. A más de uno se nos coló esa agüilla fresquita por la espalda que te espabilada en un segundo. 

Sala de la cerveza 
Entonces pasamos al 2º nivel, que comienza con la sala del balcón; y con ella comenzaron nuestras dudas pues no nos cuadraba la topografía con la realidad. Creemos que algunas secciones no están bien orientadas hacia el norte. Por ello creyendo estar en otra zona nos paramos a buscar un paso a mano izquierda. Obviamente no lo encontramos. A pesar de todo, fuimos avanzando y reconociendo las distintas zonas. Rafa apuntando todo en sus hojas, tan trabajador como siempre y echando de menos una goma de borrar. 


Continuamos andando hasta llegar a la sala de la Muela. Algunos de nosotros no llevábamos puestos los hierros todavía pues hasta el momento solo había que andar, aunque sí cargábamos con ellos a la espalda para cuando llegáramos al pozo. Pero tenemos que admitir que en un pasamanos quita miedos que había en dicha sala echamos de menos poner algún cabo de seguridad. Queda aprendida la lección de que siempre se deben llevar por precaución, pues nunca sabes cuando los vas a necesitar. Con el corazón a mil pasamos ese quita miedos llegando a la Sala de la Cerveza. Ya solo por el nombre nos gustaba. Decidimos parar a comer pues eran alrededor de las 3 y media. Después de reponer energías y echarnos unas buenas risas decidimos continuar para ver la sala de la teta y otras formaciones. Sinceramente me impresionaron tan hermosas y diversas formaciones. En primer lugar la gran teta, cuyo nombre le va al pelo; luego una llamada el huevo frito que daban ganas de tocarlo y finalmente formaciones en forma de pelo. Nunca había visto nada parecido. Eran tan finos que costaba distinguirlos y por desgracia quedan pocos, pues según nos contaron antes estaba toda la sala llena. Sin embargo nosotros solo pudimos ver 2 o 3 pequeñas zonas bien marcadas para evitar más accidentes. Por esa zona hay un túnel que sigue bastante pero que no está topografiado.
Teta y huevo frito

Formaciones en forma de pelos.
Nuestra idea era llegar hasta el pozo de chocolate y regresar, pero por la indisposición de uno de los componentes decidimos darnos la vuelta todos como buen equipo que somos; y dar por finalizada la aventura. No nos pesó mucho la decisión porque estamos convencidos de que vamos a volver a hacer la travesía completa no dentro de mucho. Del regreso solo destacar que nos llevamos un pequeño susto cuando 2 componente se quedaron atrás y nos costó dar con ellos temiendo que se habían perdido (cosa que en Rubicera es muy peligroso). Pero todo se quedó en un susto. A la salida montamos una cuerda en la rampa de entrada pues escurría casi más que antes y nos pusimos de barro hasta las cejas. Regresamos a los coches por un camino distinto aunque también algo complicado y duro; acompañados de la luz de la luna y una agradable oscuridad combinada con nuestros frontales. 
Terminamos la aventura con una ricas hamburguesas acompañadas de una cremita de orujo de parte de Sergio el cumpleañero y la promesa de volver pronto. 


Nuevamente agradecida a este Club por todo lo que me aporta y me enseña. Aunque físicamente eramos 8, llevábamos uno más en el corazón; hoy y siempre. 

Marta Gutiérrez Alonso 

5 comentarios:

  1. Por suerte "Los Pelillos" siguen donde estaban y casi la misma cantidad que cuando estuvimos con los de Industriales en las exploraciones de La Rubicera en los años 90.
    Lo que si que ha cambiado mucho, son las galerías por las que se pasan para hacer la travesía. Nacho y yo las conocimos con los suelos llenos de arcilla. Pasábamos unos detrás de otros pisando las huellas del anterior. Ahora por desgracia esta todo pisado y no queda ni vestigio de lo que fue.
    Como siempre buena crónica....

    Paco Cuesta

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    1. Es algo que sabemos que pasa por eso hay que sentirse orgulloso de lo que llegamos a poder ver.
      Muchas gracias Paco.
      Un saludo!!

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  2. Bien Marta .
    me hubiese gustado que avanzaseis mas.
    no sois los unicos que habeis tenido que volveros
    por mi causa en este mismo punto a Isma tambien le ocurrio
    en fin lo siento.
    saludos

    TOÑO

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    1. Pero bueno Toño!! Te vuelvo a repetir que no tienes que pedir perdón, como he dicho no fue un problema para nosotros, y además hubo más percances; así que ni se te ocurre echarte la culpa!!

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  3. Buena crónica Marta :)
    Creo que algo muy importante que nos habéis enseñado en el club es que las cuevas siempre estarán ahí... Lo más importantes somos los compañeros :)
    Saludos y un abrazo fuerte

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